Cuando casi tenía creado el post de hoy se va la luz del instituto. Así que beguindebeguin...
Decíamos hace veinte minutos que, en el blog de mi Mari Y., prima y cómplice de adicciones confesables, he leído esta mañana algo que me lleva a apostillar, redundar e incluso comentar. Porque una, que de por sí sufre o disfruta de atención versátil que no dispersa, no puede concentrarse del todo en sus apasionantes quehaceres cotidianos cuando previamente le han tocado a Cary Grant. Sostiene (Pereira) mi prima que ya no quedan héroes cinematográficos como los de antes, lo defiende con todo éxito y encima coloca dos peaso fotos del Sr. Grant que ni te digo.
Yo no sólo estoy de acuerdo con ella sino que apunto dos nombres más: Míster Peck (D. Gregorio, por favor)y GaryCooperquestásenloscielos.
Analicemos la cuestión con un poquito de pundonor y lo que hay que tener:
1: Cuando éramos preadolescentes nos gustaban más los chicos mayores que los de nuestra edad. Trasladados a la mitomanía y a estas edades, andesté Bogart que se quite Brad Pitt. O sin trasladarlo a ningún sitio. Pero recordemos, oh pérfidas, el culo del Pitt en "Thelma y Louise". Y que quede constancia.
2: Vale que ahora existen programas de retoques digitales con los que dar contenido incluso a jetámenes como el Mel Gibson. Ahora bien, queridas: rindamos sentido homenaje a aquellos fotógrafos de la época dorada hollywoodiense, a sus filtros y sus juegos de luces. Nadie como ellos. Tampoco es preciso irse a Hollywood: comparo las fotos de mi joventú con las de mi madre y gana ella por goleada. Claro, que con esos abrigos, sombreros y guantes cualquiera. Pero reconozcámoslo: En blanco y negro se es más elegante. Más sexy. Más estrella. No sé si más joven.
3: De las vestimentas y el blanco y negro: Mítica camiseta tirantes de Marlon Brando. Pena camiseta tirantes de Alfredo Landa. Impresionante documento Denzel Whasington en camiseta tirantes. Blanco, negro...blanco y negro...Ains
4: Pudo existir un igual: Harrison Ford. Él. Pero la cagó cuando cumplió los 60, se puso el pendiente en la oreja y se enrolló con el sosón de la Calista. Nunca se lo perdonaré. Nunca.
5. La verdad: para ser un mito hay que estar muerto. Que se lo digan a Aquiles, mancillado por Brad Pitt. Y tampoco vamos a entrar en el terreno de la necrofilia que es lo que nos faltaba.
De todas formas, siempre nos quedará París.
Thursday, April 14, 2005
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1 comment:
Cuanta razón tienes, Mari, como siempre.
Dediquemos un minuto de silencio por la memoria de nuestros mitos...
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