Friday, February 06, 2009

EN TIERRA DE NADIE

Thinkerbell ha ganado esta semana "El Tintero" con el relato que copioypego un poquillo más abajo. Ha compartido podio con Jarales, con un estupendo relato, lúcido y verosímil. El tema propuesto era "Apátridas" y lo cierto es que ha sido una edición movidita, porque el portal donde se aloja el foro, Terra, o mejor dicho, la mano que administra el botón delete, se ha jalado, así por toa la patilla, por dos veces el post donde el personal cuelga sus relatos, sin explicación ni ná. Una peste gente, oyes.

Ahí os dejo el cuentecillo la Thinker. Y una cosa: como no me digáis más ná no sus cuento lo que aconteció cuando fui a ver "La Traviata" versión pueblo. Y es tu mach. ¡Digo!
EN TIERRA DE NADIE

Durante la noche no había cesado de llover y Marina imaginaba la partida de aquella pobre gente como la del pueblo hebreo en “Los diez mandamientos”, cabizbajos bajo el obstinado aguacero, llevando encima, únicamente, sus cuatro pertenencias, sus niños y sus mayores.

Allí no quedaba ni un alma. Desaparecieron con la misma e imprevista celeridad con la que aquellos ¿gitanos, nómadas, errabundos? se habían presentado por sorpresa, construyendo, en un santiamén, un mísero asentamiento a sólo diez minutos del corazón financiero de la ciudad. Y no era de recibo, después del ingente esfuerzo que las autoridades locales habían dedicado para embellecer y modernizar la ciudad, que la primera visión para los viajeros que llegaban por la nueva autovía fuera aquella basura, aquella amalgama de chatarra, fogata y cartón, más propia de un documental sobre el tercer mundo que de la soberbia metrópoli que emergía ya imparable.

A Marina y a Campos les habían encargado comprobar que el campamento, efectivamente, se hallaba vacío antes de que el bulldozer entrara para arrasar las chabolas. Y ciertamente solo quedaban restos recientes de que allí, entre ese lodo pegajoso, inmisericorde con las botas del uniforme, hasta unas horas antes había vida. Un perrucho famélico les seguía. Campos, tan corpulento como sentimental, le echaba restos de su bocadillo y el animal, entre agradecido y temeroso, le observaba como a un dios generoso pero desde una prudente distancia. A Campos le alegraba el chucho, sin embargo a Marina le producía aún más desasosiego. Aunque en sus diez años de agente municipal había estado en contacto, quizá en demasiadas ocasiones, con el lado sórdido de la ciudad, nunca la desdicha de sus semejantes le había agredido con tanta saña como ahora. Calculó que le quedaba aún otra hora de turno y, al menos, dos chabolas para inspeccionar y se sintió enormemente cansada.
Fue entonces, justo cuando estaba a punto de patear el cartón mojado que hasta ayer sirvió de puerta, cuando lo oyó. Un gemido apenas audible, como de gato en celo. Pegó el oído y esta vez fue un lamento, un aullido ahogado, de dolor.
-Campos, avisa al Jefe. Aquí hay alguien.
Entraron despacio al habitáculo. Olía a excrementos, a hoguera vieja, a aguas putrefactas, a basura. A miseria.
La muchacha estaba agazapada en una esquina. Aterrorizada. Desde un agujero en la uralita entraba un rayo de luz que caía, poderoso, sobre ella e iluminaba su rostro como en aquellas ingenuas estampas de santitas que siempre acompañaban a la pobre tía Ascen. La chica, apenas catorce o quince años ( casi como mi Ana, Campos) estaba a punto de parir.
-Llama a una ambulancia y tráeme todas las mantas y las botellas de agua que tengamos en los coches. Y date prisa, por Dios.
Marina se quitó el abrigo, lo puso bajo la cabeza de la chica y se agachó a su lado despacio, con cuidado, con mucho cuidado, para que no se asustara. En sus ojos alcanzó a ver la juventud que asoma también en los de su hija y el terror de los del perro flaco que sigue a Campos.

-Voy a ayudarte, bonita, no tengas miedo. Pronto vendrán los médicos, tú tranquila, que yo te ayudo. Respira como yo, mira cómo lo hago.

La chiquilla pareció entenderla e imitó su inspirar profundo hasta que un gesto de sufrimiento y un alarido de dolor descompuso su rostro. Marina reconoció las últimas contracciones y comprendió que, por mucha prisa que se dieran las ambulancias, sería ella la encargada de traer a esa criatura al mundo. Se remangó y besó la frente sudorosa de la chica...


Campos y Marina esperan ,en Admisiones, recibir el permiso oportuno para visitar a la madre y a la hija que desde ayer descansan en la planta de Maternidad.
-Estoy deseando volver a ver a la niña- dice un impaciente Campos- ¿Sabes? He estado hablando con la parienta y, oye, que no nos importa tenerlas en casa con nosotros, de acogida o de adopción o de lo que sea. Ya que no se nos dieron hijos propios...

Marina asiente y le comprende. Desde ayer, cuando la cabecita de esa preciosa niña asomó al mundo, vive en una nube, con una sonrisa en el rostro, negándose a pensar más allá de aquel nacimiento, del abrazo y de las lágrimas de felicidad que compartió en la chabola.

Una mujer se les acerca, grave y, con una asepsia profesionalmente estudiada, les informa de que, a primera hora de la mañana, un grupo de personas, posiblemente familiares de la paciente, irrumpieron en la habitación donde madre e hija descansaban y se las llevaron consigo sin que ni el personal sanitario ni los agentes de seguridad del hospital pudieran hacer nada por impedirlo.

-Ellas se encontraban perfectamente- siguió la mujer, quizá con una pizca de compasión en la mirada- Suele pasar con este tipo de personas, ustedes no se preocupen demasiado.

Marina recuerda una fantasía en la que se recreaba durante el embarazo de su hija: que la niña naciera en alta mar, en agua de nadie. Por romanticismo, o quizá por pura pedantería ideológica, entonces también ella era muy joven. La niña que nació ayer entre sus brazos no tendrá ni patria ni bandera. Ojalá que nunca la necesite.

Monday, January 19, 2009

LA CAZADORA

Recuperemos las buenas costumbres...Recuperons.


Voy a seguir subiendo los relatillos que escribe la Thinkerbell (que soy yo, Cozi, acuérdate) para el Tintero.


Es buena costumbre para gente como yo: desastrosa, indisciplinada, dispersa y, sobre todo, vaga.


Así los guardo y atesoro.


El amigo Angeliko ganó el concurso la semana pasada y propuso de tema:


"PÁJAROS EN LA CABEZA"




y la Thinker ha desbarrado tal cual se puede leer

LA CAZADORA
Debes comprenderlo: es mejor para todos que nadie sepa que la leyenda es cierta. Imagina que alguien fuera lo suficientemente indiscreto para dejar escapar -sin intención, por pura estulticia- cualquier mínimo indicio de que su existencia es tan real como la tuya y la mía. Imagina que alguien – un desagradecido, un figura con anhelo de notoriedad- saliera en la televisión y dijera: “ La Cazadora existe. Yo la vi”. Ya nada sería igual.

Por eso debes dejar que mis manos arranquen de tu memoria el recuerdo de esta tarde, en la que La Cazadora ha acudido a tu llamada para librarte del pesar que un día te llenó de desesperanza. En breve todo habrá terminado. Cuando Ella y yo abandonemos la casa, encontrarás a tu hijo plácidamente dormido en su lecho, rescatado, al fin, del pájaro que se adueñó de su cabeza y que sólo La Cazadora, con ese don único que es a la vez su gloria y su condena, ha sido capaz de apresar.

Sin embargo, antes de que el olvido aparezca, déjame que te relate alguna de sus hazañas, en parte para que te cerciores de que tu mal, con ser el tuyo y por tanto el más doloroso, no es sino uno de tantos. Y en parte porque las proezas en la caza suelen ser de narración amena y ayudan a pasar el eterno tiempo de la espera.

Así, te contaré que, de todos los pájaros que moran en las cabezas, los buitres resultan los más difíciles de cazar. A pesar de su envergadura demuestran una habilidad casi camaleónica para disimular su aspecto. Por eso, aquel que tiene un buitre en su cabeza apenas se intuye en la sombra, sabe aguardar paciente, sin que su voracidad asome jamás. Espera el ascenso en el escalafón, o la viudez, o la herencia, con una placidez engañosa para después abalanzarse con un ansia obscena sobre la carroña, sin piedad ni respeto. La Cazadora odia especialmente a los buitres y, en muchas ocasiones, ha salido con la piel desgarrada por sus curvos picos. Si te fijas, en las páginas de economía de los periódicos puedes ver cómo los buitres revolotean en círculos. Haz la prueba.

En ocasiones, la misma Cazadora sufre. Le suele ocurrir cuando tiene que cazar las cigüeñas que hacen nido en la cabeza de las mujeres que no pueden tener hijos; también cuando se trata de ruiseñores, cuyo canto hechiza a los poetas e impide que pisen el suelo que la Madre Tierra colocó bajo sus pies. Con los grajos tiene menos escrúpulos sobre todo si vuelan bajo, y no muestra la menor piedad hacia las gaviotas, que producen nostalgia de mar a los que tienen frente a sus ojos majestuosos montes.

Por eso debes confiar. No tengas ni miedo ni dudas. La Cazadora acabará con el pavo real que vive en la cabeza de tu hijo y, cuando él despierte, se habrá olvidado de su afán de convertirse en el Rey del Glam. Odiará el lamé y las lentejuelas. Tirará a la basura las sandalias de plataforma, dejará de imitar a David Bowie y volverá a ser el chico sencillo que reparte el butano para pagarse la carrera.

No me lo agradezcas. Al contrario, soy yo quien está disfrutando al compartir este tiempo contigo. Dentro de muy poco se abrirá la puerta, Ella y yo nos iremos y tú te olvidarás de que pasaste una tarde de enero hablando con un perro.
Un perro de caza, por supuesto.

Wednesday, January 14, 2009

LOS JOJOS

No he actualizado este vuestro blós porque no podía ver

Pero nada de nada.

Me operaron de los jojos (los dos) con relativo éxito.

Ahora no llevo gafas. De lejos veo de p.m. y de cerca...hum...voy recuperando visión.

Pero he pasado lo mio, qué leñe.

Lo peor, peor, con diferencia

Lo horrible

Es haber estado un mes sin poder leer. Tremendo.

Esa manía, ese hábito de leer en la cama antes de dormir, en el estado lamentable en el que se hallaban mis córneas, me ha impedido coger el sueño con normalidad. Me tuve que dar a los programas nocturnos de la radio. Ese "Hablar por hablar" como es...

Poquito a poco iré actualizando. Palabrita.

Os dejo con una foto para fetichistas. 4 pinreles, 4 tobillos y 4 sandalias.

Uno de ellos es el mio. Juas.


Friday, November 21, 2008

DOGMA DE FE (GAVILÁN O PALOMA)

Me ha quedado talmente vidadebriánico...

El tema del Tintero era "Esto no es lo que parece" y es que a mi la historia del carpintero, su mujer y la paloma...como que no

Allá va:

DOGMA DE FE (GAVILÁN O PALOMA)

La mujer, azorada, bajó la vista y buscó apoyo en el brocal del pozo cuando los ojos de fuego del Visitante se posaron sobre ella. Sus mejillas se colorearon con el mismo rubor con el que la aurora había pintado el firmamento. Temblaba de turbación ante las palabras que habían fluido de la boca del hombre para cambiar su existencia.

-No temas- le había dicho- pues has hallado Gracia ante el Señor. El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra y en Ti hallará complacencia.
La mujer sintió el eco de esa Voz en sus entrañas, irresistible, hasta que rindió su oposición y contestó humildemente:
-Su esclava soy. Háganse en Mi sus deseos.

El gobernador regresó a Palacio abatido por una fuerte cefalea. Rechazó el vino tibio que le ofrecía Properio, su ayudante personal, pues solo ansiaba la penumbra fresca de su aposento y el alivio de una infusión de láudano. En el umbral de la alcoba su oído, aturdido por el dolor, alcanzó a escuchar un bisbiseo, una risilla ahogada, un jadeo apenas perceptible y, reconociendo de inmediato una situación tan repetida, abrió la puerta y dijo con todo el hartazgo acumulado durante los años de su matrimonio:
-¿Quo usque tandem abutere, Furora Uteria, patentia nostra?

- ¡Esto no es lo que parece!- exclamó ella mientras el hombre alto con el que había compartido lecho corría a esconderse tras los cortinajes, tapando como podía sus partes pudendas- Esposo mío: he sido bendecida entre todas las mujeres por la gracia del Altísimo, y ante él he sacrificado mi virtud buscando, sólo, una mejoría de las tensas relaciones judeo-romanas. Y además es dogma de fe, así que no te me pongas digno, que no te pega nada.

-Pero Uteria, hija mia, qué altísimo ni qué puer mortuus. Este tipo es Neftalí, hijo de Arathorn, heredero de Isildur, también llamado el Amanita, de los Macabeos de toda la vida. Y a ti lo que te pasa es que has escuchado el chiste de José el carpintero, su mujer y la paloma y te ha dado por ahí. Que ya nos conocemos, esposa, que son muchos años...

-Pues bien que le vino al carpintero, que por lo menos aprovechó la coyuntura para fundar el “Club de Tiro al Pichón con Honda” y ya lo ves, se ha forrado. No como tú. Te lo tengo dicho: hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, porque careces de fantasía y has traído el tedio y la rutina a nuestro tálamo, pedazo muermus

El Gobernador se mesó los cabellos, agotado y dolorido, y pasó un lienzo al judío para que se cubriera, invitándole, con un leve gesto a salir de su escondrijo. No dejaba de ser ridículo, con su edad y condición, ese inoportuno ataque de honorabilidad, y menos en mitad de tan tremenda jaqueca y con respecto a una esposa cuya fama había trascendido las fronteras del Imperio desde que se convirtió, en época de Claudio, en la asesora de imagen de Mesalina.

-Estoy cansado, Uteria. Lo único que siempre te he pedido es algo de discreción. El teatrito de la semana pasada, con aquello de Júpiter y la lluvia de oro, nos ha costado un pastón, y ni te cuento cuando montaste lo del rapto de Europa con ese señor de Iberia. Que ya está bien, querida, que vamos a tener que repartir números...

- Oiga, que yo ya había pedido la vez- interrumpió el Altísimo desde su estatura, bastante elevada para ser hebreo, que eran más bien de natural retaco¾ Mire usted, el LXI tenía, que uno será amanita, pero no abusón.

El gobernador le miró con hastío y llamó a su guardia personal para que detuvieran al amanita y a Properio para dictar orden inmediata de crucifixión contra el contrito amante. Después se lavó las manos.

- Ya ves lo que me obligas a hacer, esposa. El día que por tu culpa se nos revuelvan las doce tribus y nos manden a tomar por los Altos del Golam, te juro por la virginidad de Vesta que te mando lapidar por adúltera, aunque seas ciudadana romana y no quede fino. Que te pasas mucho, Uteria, que te pasas mucho...

Uteria salió de los aposentos reflexionando sobre lo injusto de lo designios de Fortuna. Nadie había dudado un ápice de la virtud de la mujer del carpintero. Sin embargo ella... Y es que hay veces que no se sabe si es mejor tener en casa gavilán o paloma.


Monday, November 17, 2008

ATLAS DE LOS LUGARES QUE NUNCA EXISTIERON

Vale, Vale...


El comienzo de curso ha sido tremendo, criaturas.


Tensiones, disgustos...mal rollo.


He estado perjudicada. Las jaquecas, cefaleas y neuralgias del trigémino producidas por el estrés casi acaban conmigo.


Pero no. Aquí estamos, incorruptibles ante el desaliento.


Y ya que mi plimo y mi Richal me animan...subo relatos. Tengo muchos, pero mejor iré poquito a poco, no sea que os atragantéis.


Sólo me queda algo por decir: ¡Ánimo, Falete!


Bien, allá va el primero:



ATLAS DE LOS LUGARES QUE NUNCA EXISTIERON

Por aquí se va a Babia, ¿lo ves? Más al Norte, entre estas manchas de color marrón oscuro. Significa que Babia está entre altas montañas. Ya sabes: marrón oscuro, altura en el relieve del terreno. Tenlo en cuenta cuando vuelvas a consultar el atlas, si de nuevo te vuelves a perder. ¿Te acuerdas de aquella pareja que nos dijo que tenía una casa en Babia? ¡Qué gracia te hizo! Ella no necesita casa, les dijiste, suele estar en Babia tres o cuatro veces al día. Quedaste como lo que eres, un patán; quedas como un patán cada vez que intentas humillarme en público, solo que tú eres incapaz de darte cuenta.
Sin embargo es cierto: poseo facilidad para el ensueño, mi mente vuela, me despisto. Puedo perfectamente remover la salsa de tomate mientras me voy imaginando, quizá, cómo lograr un nuevo color azul para mares y cielos. A ese estado, en el que sólo un leve hilo me sujeta a la realidad, tú le llamas “estar en Babia”. Bien, ahora sabes dónde encontrar Babia, tú que nunca has estado allí.
Jamás debí enamorarme de un tío que nunca ha estado en Babia.

Conseguí el azul que buscaba. Con él he pintado los mares de este atlas que te entrego. A pinceladas mínimas cada ola, cada marea. Fíjate bien, es un trabajo fino, merece la pena. Y mira estos atolones diminutos, en el punto más alejado del mapa central: Es el Archipiélago de Las Lejanas: Casadios, El Quinto Pino...Ahora que las miro, creo que tenías tu parte de razón: mi madre vive en Casadios; mi amiga en El Quinto Pino. Sí. No merecía la pena ir a visitarlas, tan lejos...perderíamos un tiempo precioso; sobre todo tú.
El azul de los océanos en los mapas...Me quedé prendida de esa imagen cuando me la enviaste, en aquellos tiempos en los que me necesitabas para respirar. Claro que, exactamente me escribiste “L azul d ls ocanos n ls mapas”
Nunca debí enamorarme de un tío que manda a Salinas por sms.
Observa ahora, atentamente, las dos islas mayores; ahí, en el centro del mundo que he dibujado para ti: la más grande es fácilmente reconocible. Si te ayudas de una lupa incluso verás al Jolly Roger atracado en la Bahía de las Sirenas. Tener un buen velero a mano, y más si es pirata, siempre viene bien por si hay que salir huyendo, o simplemente, de viaje. De todas formas, como me mareo hasta en las barcas de El Retiro, he colocado frente a Nunca Jamás la isla de Ninguna Parte. Ya ves lo práctica que me he vuelto a tu lado. Verás cómo así, viento en popa a toda vela y del brazo de hierro de James Hook, sí voy a Ninguna Parte.
James Hook es un tipo con clase, ya lo creo. Capitaneará su bajel entre las Sirenas haciendo oídos sordos a sus cantos. No como tú, insensato, que incluso creíste que ibas a salir indemne de entre sus brazos.
Nunca, jamás, volveré a enamorarme de un tío que no sabe resistirse a los cantos de sirenas.
No he podido terminar el atlas a tiempo; no sabes cómo lo lamento. Falta lo más importante, el motivo por el que me he encerrado a trabajar durante estos días y estas noches. Cuando me dijiste que, después de todo, sin mi te hallabas perdido, quise, de alguna forma, recompensarte por el esfuerzo que habías hecho al recordar, tan a tiempo, tan al hilo, una de las frases más importantes de la semiótica del culebrón televisivo. “Sin ti me hallo perdido”, ¡ese verbo hallar se merecía algo realmente único! Y entonces se me ocurrió. Adoro la cartografía, ya lo sabes. Para mi pocas cosas son tan excitantes como viajar por un mapa, mejor cuanto más antiguo, y, por ejemplo, puedo volver a ver el reino de Siam, escrito con letra inglesa, a pluma y tinta de color.
Tú te hallabas perdido y yo tenía la clave. Fabricaría un atlas para ti. porque lo mereces más que nadie, porque no quiero que te queden dudas. Para que sepas llegar a tu destino, a tu lugar en el mundo, a donde yo te envio de una vez por todas.
Sólo que me quedé sin pergamino ¡Y mira que prescindí de Avalón y sus brumas! El sitio donde vas queda tan, tan lejos, que se sale de este atlas.
Vete a Tomarporculo.
Y toma esta brújula por si te pierdes. No vuelvas a decirme que así no voy a ninguna parte. Las chicas, buenas y malas, vamos donde queremos, imbécil.


Sunday, September 07, 2008

LA ESTACIÓN

Otro septiembre más, criaturas.


¿Qué tal el verano? El mio tranquilo: pequeños viajes, familia y mucha tranquilidad. Y una novedad importante: Por primera vez, he conseguido desconectar de todo, todo y todo.


Bien. Pilas cargadas, que no es poco.


He seguido escribiendo. Entre viaje y viaje seguía con mis relatillos para el Tintero. Cositas ligeras como una ensalada de pasta con piña. Incluso gané el concurso de microrrelatos, con gran disgusto para unos cuantos. En fin.





En Septiembre hemos empezado con un tema apasionante: Los Fantasmas. Os dejo con mi relato (bueno, el de Thinkerbell, Cozi, que soy yo mirma)

LA ESTACIÓN




Como un espejismo que dura lo que un parpadeo, cada mañana puedo ver la estación. Sí, la veo.
Me apretujo contra el cristal del vagón y espero, expectante, que el metro abandone la estación de Bilbao y se interne en el túnel y, en seguida, un atisbo de azulejos y un cartel que anuncia algo que hace mucho tiempo dejó de venderse. Sólo eso.
Los demás viajeros de la línea 1 permanecen ajenos, enfrascados en al lectura del diario, o en sus pensamientos, o en cualquier conversación trivial. No puedo comprender cómo, en una ciudad en la que los prodigios se desterraron hace tanto tiempo, nadie excepto yo se maraville al asomarse, sólo durante el tiempo que dura un suspiro, a la estación fantasma de Chamberí.
Porque sé que, en ese lugar que es y que no es, algo me espera.
………………………………………………………………………………….
Al principio sólo he percibido un vago reflejo en la ventanilla, después, el presentimiento ha estallado en mi nuca para despeñarse, eléctrico, a lo largo de mi médula, enervando hasta el máximo umbral, mis cinco sentidos. Lo he reconocido enseguida: es el anuncio de que algo se avecina, como ocurrió aquella vez en la que me enamoré.
Por eso hoy no me he bajado del tren en mi parada habitual. Necesito constatar si es cierto lo que más que ver, he adivinado. Y continúo, pegada a la ventanilla, haciendo y rehaciendo el trayecto de la línea 1, mientras el metro engulle estaciones, una tras otra, Alvarado, Cuatro Caminos… mi corazón galopa desbocado a medida que me acerco, Ríos Rosas, Iglesias…y late enloquecido en mi garganta y en mis oídos. El túnel me devora y, afuera, todo es más negro.
Todo se detiene. Los astros suspenden su eterna ronda; los relojes, el tiempo. Ahora puedo verlos, ahí están, son los suicidas. Inmateriales, ingrávidos, sin forma, sin voz.
Esperan y esperan en el andén, sin saber que el tren no volverá a pasar, sin saber que están muertos, sin sentir la existencia de los demás, apenas meras presencias del reino de los sueños. No recuerdan que hubo un segundo en que la desesperación, la ira o el hartazgo les lanzó contra las luces del tren que entraba veloz en la estación y continúan esperando un metro que frene a tiempo para poder seguir su camino.
En la estación fantasma de Chamberí no queda ni una rata, ni una araña. No hay signos de vida. Hasta los carteles y los anuncios son cáscaras vacías de tiempo.
Puedo ver a los suicidas. Solos. Esperando. Esperándome. Me necesitan.
Por eso he bajado a la vía y me adentro, caminando, en la oscuridad del túnel, sin hacer caso de los gritos que me advierten del peligro. He de llegar a la estación y avisarles, uno a uno, de que ningún tren volverá a pasar. Lo haré con sumo cuidado, con toda la ternura de la que sea capaz, recogeré sus lágrimas y abrazaré sus sombras.
La estación fantasma se enciende, mortecina, para iluminar mi camino hacia el andén donde los suicidas esperan.
Tras de mi una fuerte vibración del túnel y un estruendo ensordecedor me vaticinan la inminente embestida del tren.
Estoy llegando.

Wednesday, July 09, 2008

EL MERECIDO DESCANSO

¡¡ ESTOY DE VACACIONES!! (bueno...casi, casi). No me lo puedo creer. No tengo planes ni ganas de hacerlos. Será porque aún pesa esa escayola del año pasado que me dejó con el billete de avión en la mano y el coche tirado en la gasolinera. En fin...
Os dejo este desquicie que me ha salido del teclado. El tema era "El Termómetro".


EL MERECIDO DESCANSO

- ¡Reverenda Madre, Reverenda Madre, que Don Ramoncito se ha vuelto a cargar el termómetro!

Viperia Koplowitz, Superiora de las Madres Apandadoras, eleva sus ojos al cielo, con resignación. A pesar de llevar casi dos horas frente a la pantalla del portátil, la continuas interrupciones le estaban dificultando enormemente el cierre de una muy suculenta operación de Bolsa. Su paciencia estaba a punto de evaporarse.

- Santa Madonna, Sor Mesalina. Le he dicho cientos de veces que sobrelleve la cruz como buenamente pueda, pero sin dar la sagrada brasa.¡ Y menos si ve la puerta del despacho cerrada, Copón!

La Madre Viperia acompaña a Sor Mesalina hacia el ala de residentes. Sigue oliendo a moho. A pesar de todo el capital invertido en rehabilitación y saneamiento del antiguo convento al que el instinto para los negocios de Viperia Koplowitz convirtió en “El Merecido Descanso”, un asilo para ancianos adinerados y sin familia. Un buen negocio.

Don Ramoncito, en su pelea con Sor Mesalina, ha derribado todos los muebles de la habitación. También el vaso que contiene su dentadura postiza. Está tirado en el suelo, cuan largo es, con la carcasa vacía de un bolígrafo bic cristal en una fosa de sus dos fosas nasales, intentando esnifar las bolitas de mercurio que el termómetro roto ha desparramado por el suelo.
En el rincón más alejado de él se refugia su compañero de habitación, don Iván, travestido de nuevo en la Audrey Hepburn de “Desayuno con Diamantes”.

La Madre Viperia alza del suelo a Don Ramoncito, suave pero firmemente, con esa perfecta mezcla de dulzura y autoridad a la que resulta imposible resistirse.

-Vamos, vamos, Don Ramoncito, no me sea cabezota, que las bolitas por vía nasal perjudican gravemente la salud, y usted no está para muchos vicios.

-¡Unaf solaf nadaf másg, Badre! ¡Déjemef unaf solaf!

Luego vuelve los ojos hacia el rincón. A Don Iván se le ha caído la diadema del susto:

- Venga, Don Iván, tómese las magdalenas que aquí no ha pasado nada. Y no me llore, hombre, que se le va a correr el rimel ...

- Estoy de don Ramoncito y sus bolas de mercurio hasta más allá de los Oremus, Madre- confiesa Sor Mesalina a la Madre, una vez resuelto el conflicto.

- Tenga paciencia y ofrezca su sufrimiento a Santa Paris, que pasó lo suyo en vida. Además, si a Don Ramoncito le queda media novena, hermana...
- ¿Y está usted segura de que el mercurio ingerido es más rápido que esnifado?
- No sólo eso, es que apenas deja huellas. Por eso nuestros “Suspiros de Monja” se venden tan bien en los Congresos políticos.
- La paciencia es la madre de la Ciencia, Madre.
- Es importante no perder nada del mercurio que se caiga de los termómetros rotos, hermana. Que ha subido el Euríbor y cuestan un pastón. No se le olvide, que los “Suspiros” gustan más cuanto más relleno tengan...

El teléfono móvil de Viperia suena insistente:
“¡Llena de gracia! ¡Llena de gracia!”
- Me encanta ese politono, Madre, a ver si me lo pasa por el bluetooth
- ¡Shh! Es la sobrina de don Ramoncito- dice la Madre, tapando el auricular- Querrá saber cuánto le queda a su tío en este Valle de Lágrimas

Y entra en el despacho, cerrando la puerta tras de sí.

La jornada continúa sin apenas sobresaltos. Tras una frugal colación, los huéspedes de “El Merecido Descanso” duermen la siesta y las amables monjitas que les atienden hacen lo propio o se bajan del youtube vídeos de la Escolanía de Voces Blancas del Valle de los Caídos.

De repente, un alarido sobrecogedor rompe la calma. Sor Cruella, con el rostro demudado, abre de golpe la puerta del despacho:

-¡Madre Viperia, Madre Viperia!, ¡que don Ramoncito le ha clavado el termómetro a Sor Mesalina en lo que viene siendo la carótida!-
- ¡Por el amor de Dior! Luego se extrañan de que nos quedemos sin vocaciones...
- ¿Y qué vamos a hacer, Reverenda Madre?
- Pues lo de siempre: que parezca un accidente.
-¿Y con Sor Mesalina?
- Le pondremos una bonita esquela en el ABC. Por cierto ¿a que se dedicaba la fallecida antes de tomar los hábitos?
- Era Maestra Nacional
- Entonces que su esquela diga: “Acógela en tu seno, Señor, que llega muy cansadita”.

Y ambas musitan quedo, en loor de la difunta “Like a Virgin”, de Madonna.