Wednesday, December 14, 2005

Historias de la era #: LA NOCHE DE LOS RODAMIENTOS


De sobra es sabido que quedar con gente que sólo conoces por Internet es muy arriesgado. Las primas pudimos comprobarlo aquella noche, la que se fijó para siempre en nuestra memoria como...LA NOCHE DE LOS RODAMIENTOS.
Todo empezó, como siempre, con una buena intención: era navidad (ya os dije que las odio), apetecía una kddilla y...a pesar de las advertencias previas, mandamos (mandé, confieso) mail a la lista convocando al respetable tal noche, bajo el oso y el madroño.
(pausa para ver la hora chanante)
Y allí estábamos: tres. Mis primas y yo. Nuestro poder de convocatoria estaba en sus horas más bajas, a pesar de estar buenas. También esperábamos a la única persona que había anunciado su presencia. Era, digamos...P, que hay que ser pelín discreta por si los lectores. A P. sólo le conocíamos por los mensajes que mandaba a la lista. Muy graciosos, sobre todo para él . A P. le acompañaba su mujer,de la que no recuerdo su nombre, que es lo que tiene la memoria selectiva. El caso es que, después de las presentaciones de rigor y media hora de espera no fuera que apareciera Low, nos fuimos a tomar unas tapitas por Chueca, que nos caía al lado.
Ahí empezó el tormento. Nadie jamás, nadie, había conseguido callar a las primas. Ellos sí. No puedo especificar bien en qué momento P. y Sra. se tomaron la confianza suficiente para contarnos, a voz en grito, en ese local en el que me conocían, una sarta de historias sobre sadomasoquismo, perversiones y bestialismos varios. Se quitaban la palabra, se metían con el camarero, se caracajeaban como hienas de sus propios chistes. Nosotras callábamos. Avergonzadas. Muy avergonzadas. Nuestros padres debieron, en algún momento de nuestra infancia, explicarnos la diferencia que había entre ser educadas y ser gilipollas, pero no lo hicieron. Bebíamos nuestras cañitas con los ojos bajos, deseando ser abducidas. Pero ellos no nos dejaban sufrir en silencio nuestro pesar. Codazos, patadas, imprecasiones...Cuando todo el bar se enteró de cómo hacérselo con unos rodamientos sin pasar por urgencias, levantamos el campamento para volver al calor del hogar, a llorar, pero no nos dejaron. Había que tomar un cafelito en el "mama Inés", justo debajo de mi casa. Y como estábamos en Chueca y ya hay libertad, el café se convirtió en un ¡¡Mira esoooooooooos!!. Y más historias. A servidora, que se hallaba sentada justo al lado de la Sra. de P. le tocó en exclusiva la operación de brazo roto, insertación de prótesis de titanio en el mismo, posterior extracción del titanio y confección de pulsera conmemorativa con ello (con el titanio). Creí morir. En otra ocasión, en la que no hubiera estado noqueada, podría haber contraatacado por ejemplo con mi DIU, pero no pude. No pude. Mis primas y yo, en un estado absolutamente lamentable, nos turnábamos para ir al baño a echarnos agua en la nuca. Al sego, que llegó más tarde y le tocó (poco, venía de un concierto con las pilas puestas) una puntual disertación sobre Nosecuántos de los Porreros, provincia de Segovia y entonces, en plan "Vuelve el hombre", dio por terminada la sesión de tortura y nos mandó para casa. Insistieron en acompañar a Frid a su portal, insistieron, insistieron y no pudimos dejarla sola. Al final, no sé cómo, nos deshicimos de ellos.
Al día siguiente abrimos en el irc el #rodamientos, para comentar las jugadas más importantes y jurarnos que ¡Más nunca! haríamos convocatoria abierta para quedar con desconocidos. Aunque fuera navidad.

7 comments:

Anonymous said...

Por eso me dan tanto miedo las citas a ciegas! Y aún así, me atreví con vosotros, y mira qué bien me salió. Soy afortunada, prima!

Miguel Ríos said...

Con todo lo que habéis toreado vosotras, con los elementos/as que os habíes cruzado, y aún os pasan esas cosas?? Deben ser muy buenos los sres de P. Pero que muy buenos.

averia said...

Por lo que después me contó la Frid (que tuvo los santos de quedar otra vez con P.)el matrimoño se separó y P. no abrió el pico, ergo, sería la influencia?. Por sierto, la señora de me llevaba unos pantalones skai 10% que hacían chuicks cada vez que andaba. tremenda, gente, tremenda

fridwulfa said...

Jajajaja. ¡¡¡Qué noche la de aquel año, prima!!! ¡¡Cómo nos eran!! Pero cierto, cierto, P. no volvió a ser lo que era desde que se separó.
Y conste en acta que a aquella cita de nuevo con P. acudí presionada por el loby primil que quería un topo en la kdd para contar las azañas más escabrosas de la pareja.

Genial el momento reencuentro, toda educada voy yo nada más verle: "Hombre, P. cuánto tiempo!! ¿Tu mujer?"

- "Nos separamos hace seis meses... bueno, llevábamos ya un año en casa sin hablarnos..."

Anonymous said...

Acabo de golver de un congreso y me encuentro con esto. Me se han regüelto tos los recueldos, no puedorl. Me voy a dar un poco de agua en la nuca yo también y aluego vuelvo. Rodamiento power!

averia said...

Ya decía yo que estabas tardando

Anonymous said...

Y es por ello que la pelleja de la fridw nos los endosó en ese segundo encuentro al lilly y a mi.¿Yo que culpa tengo de tropezar dos veces con el mismo chofer?

Aun así es verdad que estaba más comedido. No se si porque no iba con su sra. o porque el resto de los comensales lo tenían eclipsado.
¡Que noche! ¡Que compromiso! ¡Que compromiso!

avek