Tuesday, November 15, 2005

Historia de los tomates viajeros I


Los planes para ir hasta Benicasim se habían ido al garete. Pero las ganas de salir de Barcelona no: era viernes. De Agosto. Viernes, sábado, domingo, así que humo.
Si sale cara, a Santiago, a ver al Tolden. Si sale cruz a La Adrada, a ver a la Ave.
La mochila de Benicassim ya estaba hecha. Era cuestión de cogerla y salir pitando al aeropuerto, antes de que el último puente aéreo partiera para Madrid.
Entonces los vió: 3 tomates, 3, del huerto biológico de su madre. Verdes, brillantes, a los que la desagradecida de su hermana no había querido llevar de viaje a Londres.
- Para madurar, nada mejor que ver mundo.
Y Elem y los tomates se perdieron en un taxi, camino de un fn de semana de relax.
Barajas. 1:05 a.m. Elem y los tomates se enfrentan a la primera encrucijada del camino:
- El primer autobús para La Adrada sale de Méndez Álvaro a las 8. Son siete horas de espera en la estación sin nadie en Madrid para ir de marcha. Así que vámonos a la aventura
Y le dijo al taxista:
- Lléveme a la primera gasolinera que haya en la carretera de Ávila.

(N.T.: La Adrada, provincia de Ávila se encuentra a 80 Km. de la ciudad de Ávila, al sur, en el límite con Madrid. Se accede por la NV, carretera de Extremadura. Elem había estado en La Adrada cienes y cienes de veces)
Continuará..

3 comments:

averia said...

Ya está aquí el puto guiri, cagontó. Cozi, que so no me ha salidoooooooo

Anonymous said...

Joer, prima, y ahora tu colega el guiri dice no se qué de construir una carretera... Será pa agilizar la llegada de los tomates viajeros?

Sigue con la crónica, que nos pone... Viva lementorl!!!

fridwulfa said...

Pon la verificación de palabra, mari, que nos va a perseguir por los restos, si no.