Tuesday, June 07, 2005

De las piennas

Ustedes me van a perdonar a la Obregón, pero quería yo de que ilustrar mis profundas reflexiones (fuera del recipiente) del día de hoy con una imagen ad hoc: he buscado en el google "piernas feas" y se me ha colado esta tía. Y, oyes, el google sí que sabe.
Pues de las piennas quería yo hablar. Porque si hay una época del año difícil y dura en la vida de una mujer es esta en la que la calígula ataca y te ves sumida en una terrible disyuntiva: o sigues con los pantalones largos, ergo te asas toa, o luces canillas (o/y/u jamones) de aquella manera en la que el invierno nos las deja: fofas, lechosas, amorfas, con esos puntillos rojos que denotan una depilación in extremis. Y qué hablar de cuando vas entrando en una edad y te descubres un ataque de venillas varicosas", esa sutil tela de araña color rojo a la que le falta una señal de neón por lo que canta. O ya apalancada en esas edades las rodillas arrugadas, que te recuerdan esas otras míticas piernas del papel couché: las de la Thyssen, baronesa ella, antes de que una amiga caritativa le dijera que no volviera a ponerse minifalda.
Muy mala época, jasmías. Elegir entre la deshidratación o el glamour no sólo es duro, es, a veces una auténtica tortura. Porque alternativas haylas, pero ninguna compensa: las medias de verano joen, el autobronceado pringa, el paseo a las 4 de la tarde en tanga dificulta el tráfico rodado...
Hay días en que me encanta ser mujer.

1 comment:

fridwulfa said...

JAJAJAJAJAJAJAJAJA.
Cuánta sabiduría contenida en tus palabras, jamía. Ayer me decidí yo a salir a la calle con mis pantalones cortos de pescador indonesio, que para más inri son negros, y parecía una bandera de Fórmula 1. A ver si me asomo al balcón con las patas al aire, porque vamos...