Sunday, May 20, 2007

CETINA Y EL TIEMPO






Acabo de llegar de Cetina, Zaragoza, el pueblo de donde proceden los genes Marco Táppero que salen con cachirulo en mi cariotipo y en el de mis ascendientes y descendientes.



Eran las fiestas patronales, con tradiciones (el Dance y sobre todo la Contradanza) que las hacen únicas en elmundo mundial. Así que, aprovechando que caían en fin de semana, nos hemos juntado media tribu, con mi madre ejerciendo de sacerdotisa mayor.



Guardo una extraña relación con Cetina. Durante los siete primeros años de mi vida pasaba allí largas temporadas, en la casona familiar de mis abuelos. Es la causa de que de Cetina procedan la mayor parte de los recuerdos que conservo de mi primera niñez . Después mis abuelos se fueron a vivir a Cataluña, como tantos aragoneses en los 60, y me quedé sin pueblo. Con añoranza, mucha añoranza. Unos años más tarde, mis padres recuperaron la casa familiar y regresábamos a pasar los veranos. Los veranos de la adolescencia fueron cetineros e inolvidables.



A Cetina voy poco, muy poco. Pero siempre vuelvo "tocada". Debe ser lo que llaman el reencuentro con las raíces, pero una, que va volviéndose cada vez más "escepticienne" con los sentimientos propios según van pasando los años, no deja de sentir que el corazón se le expande cuando, en la carretera, desde la cuesta que baja de Ariza, va viendo la vega del Jalón y adivinando los edificios de adobe del pueblo, confundidos con la tierra roja de arcilla.



Esta vez, el tiempo se me ha venido encima: Cetina ha sido pasado, presente y futuro. Os lo cuento si sé y puedo.



El pasado:



Alguien dijo que somos lo que fuimos hasta los cinco años. Yo estoy de acuerdo. A veces he pensado que si es cierto aquello de la resurrección de los muertos, se presentará al juicio final una criatura flaquilla que todo lo toca, lo mira y lo olfatea: Esthercilla la de Don Ignacio. Cada vez que visito el pueblo, hay alguien, ya mayor o muy mayor, que recuerda a aquella niña: La anécdota más popular cuenta (yo apenas me acuerdo de aquello) que una vez desaparecí de la puerta de la casa y mi abuela y mis tias me buscaron durante horas: me había ido detrás de unos titiriteros, haciendo ruido con unas cacerolas y llevándome de paso a tres o cuatro vecinillos. me ncontraron en las eras, donde los titiriteros habían acampado y nos habían dado merienda, bailando encima de una mesa mientras el resto de los fugados lloraba a moco tendido. En Cetina aprendí a andar, por los empedrados donde pasaban las caballerías, aprendí a leer (Timoteo ató tu auto, no ató tu moto. Tenía 3 años)y me pasaba largas horas sola, en el sobrao, disfrazándome con trapos e inventándome historias extrañísimas que luego contaba a todo el que quisiera escuchar. A mi abuela le procupaba a veces esa imaginación desbocada. Yo la oía discutir con mis tios y con mi abuelo, que se partían de risa con mis cosas.



Cetina es el olor del horno del Candidín, que en paz descanse, es el sabor de la longaniza y los mantecados. Son los objetos del pasado que encuentro en lcualquier rincón de la casa de mi madre, propios de la tendencia "Eso es para el pueblo": los cuadros, los libros, las colchas, las mantas...todo fue de entonces y, a veces, muchas veces, la presencia tangible de los que ya son ausentes.



La gente de Cetina tiene una "pinta", como en aquellos cuentos de Lovecraft se decía de "la pinta de Innsmouth". Nosotros no la tenemos, porque no somos rubicundos, fuertes y de pelo y ojos claros. Alguna peculiaridad física debemos poseer porque mi primo Ignasi, que nunca había pisado el pueblo, ha sido reconocido como hijo de mi tio al asomarse a la panadería, sin tiempo a abrir la boca. Mi tio es un calco de mi abuelo. Yo me sorprendo a mi misma diciendo de una niña que hacía el dance: "Esa cria es de los Morones". Yo no me sabía interiorizada esas categorías genealógicas. Llevo más de veinte años en La Adrada y no me ocurre.

Por la noche vamos a la plaza a ver la Contradanza. Os pongo una foto para que podáis haceros una idea del espectáculo plástico de esa danza antiquísima, pero contaros la contradanza sería (y será) para hacer un post nuevo. Sigamos con la línea del tiempo. Llueve a mala leche y todos estamos expectantes: nos sabemos si van a suspender el acto. De repente suenan los primeros acordes de la flauta y el tamboril y se me pone un nudo en la garganta y empiezo a llorar en silencio. ¿Por qué?, Pues no lo sé bien. Sólo se da cuenta mi madre y me pega un pellizco.
Los pobres contradanceros ejecutan las "mudanzas" como pueden. La gente se deshace en aplausos y vivas: los muchachos se han jugado el pellejo pero bien. Es un milagro de San Juan Lorenzo. O más bien, otro ejemplo de la afamada tozudez mañica.
El presente:
Le pasa a todo el mundo, de acuerdo. Pero que le pase a todo el mundo no es alivio, al contrario.
Es el famoso comentario:"Que bien te veo, por ti no pasan los años, estás igualica" dicho por un/varios amigos de la pandilla de entonces a los que siglos ha no ves: Y tú miras al/los interfectos y ves esas tripas, esas entradas, esas canas, esas pintas de señorón/ona en las que apenas se entreven los rasgos del fulanito aquel con el que bailabas "Samba pa ti" en la verbena, o de tu amiga del alma de entonces. Y piensas "Si yo le veo así, fijo que a mi me ve hecha una pasa", y pones cara de boba porque no se debe mentir.
Es una putada: cuando tu cuerpo tiene una edad y tu mente y tu corazón otro. Habrá que irse resignando y aprendiendo un par de frases ad hoc para salir del apuro. Porque lo de darse al botox no me mola nada.
El futuro:
Debería plantearme seriamente el viejo proyecto de encerrarme en Cetina en verano para escribir mis cositas: esa novela que lleva tantos años encerrada en la neurona. Los cuentos que no tienen oportunidad de aflorar. Cetina tiene el don de volver la vista hacia mis adentros más adentrosos. Y no tiene conexión a internet, ni nada especial que me distraiga. Sólo mi natural disperso y tirando a vago. No sé. Lo voy a meditar.
Estos días también me he reencontrado con un fantasma, de los que dan miedo: periódicos viejos de julio del 2004, un mes antes del accidente: unos días en que, despierta o dormida, soñaba con hospitales, con extrañas percepciones que me hacían sentir el alma encogida y alerta. Fue el presentimiento de lo que después se me vino encima, como si algo o alguien me estuviera preparando.
Después aprendí a fiarme más de mi instinto. A un precio muy alto, demasiado.
A lo mejor es resulta que es cierto y aquella niña que jugaba sola en el desván, resultó ser una bruja. Con verruga incluida.
No se lo digáis a nadie,

7 comments:

Anonymous said...

Si dices tener raices de Cetina, sabras que la conntradanza no es lo que vistes el dia 19 de Mayo. Solo fue una sencilla muestra para que la gente que como tu viene de fuera a dar por saco, no se fuera de vacio. Los contradanceros pueden hacer mucho mas de lo que hicieron e iban muy seguros de lo que hacian. Si luego te hubieras pasado por el pabellon hubieras visto lo k es la contradanza de cetina. Como no soy tan intelectual como tu nose que quieres decir de la pinta que temos, pero vamos, la que tienes tu ya la conozco. ¿Tu crees que de verdad sentistes eso que dices de llorar por dentro? La contradanza es de los cetineros, y tu de cetinera tienes poco como para sentir todo eso. xao!!!

averia said...

Mira lo que te digo: sé de sobra, qurido amigo, cómo es la contradanza. Conozco todas las mudanzas y demasiado hicieron los chavales según estaba la cosa.
No entiendo qué porras puede ser lo que te ha molestado de este post.Si lees bien lo único que se desprende es un sentimiento de amor al pueblo donde me crié.
¿Y qué es eso de que la gente de fuera viene a dar por saco?. Deberías sentirte orgulloso de tener un pueblo con tradiciones únicas en el mundo y que haya personas que hacen kilómetros y kilómetros por ver la Contradanza.
Con todo afecto te digo que revises esa actitud, que poco bien hace a Cetina.

Anonymous said...

Huy como está el patio... ni caso prima, que es un post precioso, y muy bien escrito, además...(al anonymous q le zurzan)...yo te escribía para decirte que después de nuestra charla de ayer tienes toda la razón en lo del instinto...te lo aseguro! :) ailobiu

Loiayirga said...

A mí también me ha gustado y no entiendo que nadie se pueda disgustar. Cetina se puede sentir orgullosa de tener entre los que la quieren una persona como tú.

Anonymous said...

Ná prima. Amargaos los hay en todas partes para aguar la fiesta al personal. El post, como dice Carmela, es precioso. Me he emocionado y todo. Cuéntame lo del instinto, a ver si voy aprendiendo. Y nada de verrugas, que en la farmacia hay un potingue muy práctico que las quita en un pispás.

Hastaquemecomprenlosdelgoogle said...

Ya lo decía el Gallo 'hay gente pa tó'.
Yo ya no voy a hablar de mi pueblo, que lo tengo, que luego to se sabe.

Sin acritud 'entedites' la ropa.

Anonymous said...

Cada día escribes mejor, regonitaaaaaaaaaaaaaa!
La madre que te parió, lo bien que lo hizo.
Espero esa novela, esos cuentos.... y por que no pedir, esa recopilación de historias "canaleras" que ibas a hacer ;)