Tuesday, June 05, 2007

Junio en Arenas


Este fin de semana he vuelto a Arenas. Cuando digo Arenas me refiero al encuentro de animadores a la lectura. Un fin de semana de junio, en un bosque, rodeada de amigos, de libros, de poesía y de palabras. Veinte años ha que acudo a la cita. Cuando las circunstancias no me lo han permitido, me ha quedado parecida sensación a cuando no he podido ver el mar: como si me faltara energía. Porque, al loro con la frasecita, esos días y esas noches de junio son alimento para el alma. Por lo menos para la mía. Que farta le hace.
Lo primero es la gente: una vez al año nos juntamos y llevamos más de veinte. Nos hemos conocido, nos hemos reido, hemos compartido conversaciones, numeritos y risas hasta el alba, nos hemos enamorado y desenamorado, casado y descasado. Hemos tenido hijos que han crecido. Y algunos (¡ay!) se han ido para siempre. Aunque siempre regresan con nosotros durante esos días de junio.
En Arenas he aprendido mucho. Muchísimo. He escuchado a Ana María Matute contarnos su triste infancia de niña tartamuda. A Gloria Fuertes, entrañable, despedirse. A Bernardo Atxaga varias veces. Y a Gustavo Martín Garzo...no sigo por si se me olvida alguno, y pecaría de ingratitud, uno de los peores pecados que se pueden cometer.
Este año ha sido especialmente grato. A pesar del tremendo cansancio del fin de curso. A pesar de que ya casi ninguno tenemos energía suficiente para seguir hasta el alba. Hay que ver cómo se van notando las edades, qué mierda. El programa era intenso, en ritmo, calidad y contenido: el Maestro Agustín García Calvo, por ejemplo, y su verbo lúcido, tronante y necesario. Confieso que aunque intenté seguir su disertación concentrada y con la merecida atención, al escuchar que ves cinco vacas, pero en la realidad las cinco vacas no existen, pensé que hasta ahí habíamos llegado y cerré el pestillo. Sin un café.
Otra oportunidad: Paco Ibáñez, ya muy mayor el hombre, nos dio un concierto a la luz de la luna de antología. Y resultó que no era un disco de vinilo. Paco Ibáñez à L´Olympia...en illo témpore a mi no me gustaba Paco Ibáñez. Es decir: me encantaban sus letras, pero una en seguida se pasó a la movida, la verdad. Y mira tú por dónde, resulta que me sabía de memoria"Palabras para Julia" y lo de "Andaluces de Jaén, aceituneros altivos...". Qué cosas. Disfruté, me emocioné y cantuve todo lo cantable. Vamos, que me quedé nueva.
Pero el gran descubrimiento (todos los años procuro llevarme alguno al golete) ha sido un joven poeta salmantino: Raúl Vacas. Lo tengo en la mesilla, aunque no soy buena lectora de poesía, si exceptuamos a Pedro Salinas y a Neruda. Además le he fichado para que venga al Instituto porque yo creo que a los chicos les va a llegar.
Cada año salgo de Arenas con el firme propósito de leer más y mejor. Y también de quitarme el perezón y ponerme a escribir. Lo primero se me hace más fácil mantenerlo. Lo segundo es como dejar de fumar. Cachientó.
Pues eso: pilas cargadas, espíritu alimentado y a por el aborígen de fin de curso....Alapues

5 comments:

Loiayirga said...

Te has puesto romántica.

Como te envidio esos días. Sobre todo me da envidia lo de García Calvo. Hace cientos de años que no lo escucho (¿no está ya muy mayor?)

Parece que sí, para decir lo de las vacas tiene que estar muy mayor.

A lo mejor es un problema de vista.

averia said...

Te hubiera apasionado sin lugar a dudas. Es más: igual lo hubieras entendido algo, que tú eres de Filosofía y yo de Educación Especial.
Hace siete años nos pegó peaso charla sobre Prosodia. Yo lo único que comprendí fue la primera frase de la Odisea, igual porque era en griego.
Bromas aparte está muy, muy mayor. Pero vaya lucidez que conserva. Y qué necesario sigue siendo.

Anonymous said...

No soy muy proclive a la poesía, pero he visitado el blog de tu último descubrimiento, y reconozco que el muchacho dice cosas. También he leído algo de don Agustín, a quien solo conocía de oídas, y no he entendido nada. Y es que una no es muy filósofa, que digamos... Me he enterado que este ilustre señor, escribió la letra del himno de la comunidad de Madrid, y me he acordado de lo que oí ayer por la radio: vuelven a machacar con el propósito de ponerle letra al himno nacional, "para que los deportistas puedan cantar algo cuando suben al podio", dicen. Y a Marianico (el corto no, el otro, aunque bien mirado, también) le ha faltado tiempo para exigir una comisión que se encargue de tan magna misión. La CPMAPC, supongo. No creo que el maestro Mangiacaprini esté disponible para la letra. Quizá Luis Aguilé...

Anonymous said...

Uy, que lo he puesto mal. Es la CMAPCP. Perdón.

Siriki said...

He llegado a tu blog a través de una búsqueda en google.
Hemos compartido 3 días allí, en el bosque fantástico, al lado del río.
También comparto contigo lo que dices de Agustín y de Raúl. Da gusto encontrarse por el espacio a gente con la que has compartido un paisaje como aquel.
me ha hecho mucha ilusión.
Un abrazo