Saturday, March 18, 2006

MACROBOTELLONES





Alomojó son las ganas que tengo de disfrazarme de monja post-conciliar en algún carnaval, pero de corto, con la guitarra, cantando aquello de..."Yo tengo un gozoooo en el almaaaaaaa grandeee". Pero es que me ponen las noticias del monjerío.

Sonia and company: Sé que me leéis: dejad un mensaje cuando se acabe el rollo, plis, que me siento yo mu perjudicá, que ya ni el Richal mejcribe...SNIF.


MACROBOTELLONES
Los estudiantes franceses vuelven a tomar las calles, como en aquel legendario mayo del 68, el de la revolución utópica y la poesía pintada en los muros.
Esta vez los estudiantes protestan contra la política de empleo que el gobierno de Villepin proyecta, que condena a los menores de 27 años a contratos leoninos con despidos injustificados y sin condiciones cuando al señor empresario le venga en gana.
Aquí pasa algo parecido: con el buen tiempo, los jóvenes españoles vuelven a tomar las calles, las plazas y los cascos históricos. Revindican su derecho inalienable a emborracharse al aire libre, faltaría más. Es el fenómeno del macrobotellón que pretende, mayormente, batir el récord Guiness de bebedores en masa.
En París, los estudiantes fueron desalojados de la Sorbona por la fuerza, en medio de un impresionante despliegue policial. Eso sí: esta vez nadie quemó coches, con lo cual el sufrido propietario francés sin garaje pudo respirar de alivio.
Aquí, el principal despliegue es de la policía municipal, que acordona los lugares de reunión para que los chavales no sean molestados, y al alba, el de los batallones de barrenderos municipales para quitar la porquería que dejan.
Ávila no va a ser menos cool que Sevilla, Granada o Madrid: circula una convocatoria por email para el día 18, en el atrio de San Isidro, marco incomparable para luego echar la meada en las Murallas, que mola mazo. Pero claro, aquí, que no en Francia, los jóvenes tienen el futuro resuelto: acceden al mercado laboral con contratos fijos y bien pagados y con esos sueldazos y las botas que regala la ministra, la vivienda está asequible y al alcance de cualquiera. Es por ello que los políticos alomojó pueden dedicar sus esfuerzos a debatir acerca de los modelitos que lucen las ministras (una vez más) o a buscar a la de la mochila azul: al fin y al cabo la juventud apuesta por el carpe diem y no exige responsabilidades.
Debieran aprender algo de las Dominicas de la Presentación de Barcelona, que en su web mivocacion.com, exploran los inescrutables caminos del Señor no entre los pucheros, sino entre la disco y el calimocho. Las monjitas, sumamente preocupadas por la falta de vocaciones, se acercan a los intereses de las chicas de hoy en día y adaptan su mensaje a los nuevos tiempos: “¿Borrachina?, ¿marchosa?, ¿enamoradiza?. Bien. Tal vez seas la monja perfecta.” Y ejemplifican para ilustrar su tesis: “Santa María Magdalena también fue una cachonda como tú”
Buen intento, hermanas. Entre vosotras y el Padre Jony, que versiona “En la arena he dejado mi barca” con claras influencias de Metallica, la Santa Madre cuenta con importantes contingentes para reconducir a la juventud descreída y hedonista por la senda de la virtud.
En verdad que son inescrutables dichos caminos: menos mal que al Padre Jony (de momento) no le ha influido Marilyn Manson.

4 comments:

Anonymous said...

Ays, a mí me ha encantado lo de "qué prefieres? ser gigolá o monja?" Supongo que "prostiputa" sonaba peor que "gigolá".

Por otro lado, el padre Jony es una reencarnación (salvando las distancias) de Rosendo... yo no lo digo mú fuerte que aluego mi santo me se cabrea, pero es así. Míale los pelos.

averia said...

ma impactao tu frase de entrada: estás hecho la crème de la intelestualidá.
Prima, el padre Jony paece talmente de los Ramones

Anonymous said...

Qué espanto. Alomojó es que mi memoria ya está como borrosa, pero a mí esto me suena. Yo creía que las monjas habían evolucionado desde que yo iba al colegio, pero ya veo que no. Exactamente igual, pero usando palabras ¿atrevidas? para liar al personal. Lo de gigolá no tiene precio. Esta gente no tiene sentido del ridículo.

Anonymous said...

Ayyy... que no mabía fijao en el afoto de los taburetes con piernas de gigolá....