
Comprended que no pudiera hablar de otra cosa...os prometo que en breve volveré a ser la frívola y superficial Avería a la que todos amáis sin esperanza y todas envidiáis por su bellesa y glamour :P.
Aquí os dejo mis reflexiones sobre el tema de la semana. A mi lo de la boina encima del pasamontañas me parece muy cutre a la par que grotesco, como dijo Perrojota en "59 segundos". A ver si se ofrece su mujer para cambiarles el look..
MIÉRCOLES, 22 DE MARZO
Prudencia. De acuerdo: son una banda de asesinos y en 40 años no es la primera vez que pisotean el ansia de paz de todo un pueblo. Pero desde el miércoles, día 22 de marzo podemos permitirnos una brizna de esperanza.
Es una sensación parecida a la que sientes cuando el médico te informa de que tu ser querido, gravemente enfermo, ha experimentado cierta mejoría: “Tómatelo con prudencia: ante todo mucha cautela”. Y sí, le crees y te lo grabas a fuego en la mente, pero se alivia el nudo del estómago y una sonrisa te conforta por dentro.
El miércoles, 22 de marzo, todos recordamos capítulos de nuestra historia reciente llenos de dolor: porque hubo un tiempo en que casi corrimos el riesgo de acostumbrarnos a escuchar la noticia de que ETA había vuelto a matar, algo similar a lo que nos puede ocurrir ahora con los cadáveres de Irak. Y eso es lo peor que puede pasar a una sociedad, porque entonces los asesinos ganan y los demás nos volvemos cada vez menos humanos y más cómplices.
Así que hoy, cuando de alguna manera queremos creer en que pueden empezar nuevos tiempos, por encima de todo es hora de recordar y agradecer: a las personas que tienen que vivir escoltadas, a los alcaldes y concejales que aguantan presiones y vejaciones, a los jueces que se atreven, a los profesores, escritores, intelectuales y artistas que se han quedado, a los empresarios que resisten, al vecino que borra las dianas pintadas en el muro, a la mujer que sale a manifestarse, al que expresa su opinión frente a todos, al que lleva flores a la tumba de una víctima, al ertzaina que debe cubrir su rostro...A la gente de buena voluntad del País Vasco.
Gracias a la labor de los Cuerpos de Seguridad: tanto militar, tanta policía, tanto Guardia Civil y Ertzainas que se han quedado en el camino. Tanto sacrificio.
Gracias también a los políticos que han trabajado y trabajan por la paz.
Gracias a los minutos de silencio, a las manos pintadas de blanco, al dolor masivamente expresado en cualquier parte de España.
Y sobre todo, gracias a las víctimas. No caigamos en la hipocresía de pedirles más generosidad, porque ellos sí que lo han dado todo. Las víctimas, seguro, son las primeras en anhelar fervientemente que no vuelva a haber ningún muerto más, ningún herida en el cuerpo o en el alma.
El miércoles, 22 de marzo, el Presidente del Gobierno (¿os acordáis de cuando le llamaban Bambi?) nos advirtió a todos de que nos esperaba un camino difícil y largo. Y pidió unidad. Algo que debemos exigir a la clase política, porque es terrible y asqueante ver en qué han convertido el dolor del 11-M.
Hoy la palabra “esperanza” es la más repetida. Menos en el caso del editorialista de El Mundo que es “preocupación”. Ya empezamos.
Y, con prudencia, mucha prudencia, me quiero agarrar a ese optimismo. Para que llegue el momento en que alguien nos pregunte: ¿Qué hacías el 22 de marzo?. Y sepamos que, efectivamente, fue el día en que ETA dejó de existir. Para siempre.