Wednesday, June 11, 2008

SOL DE MEDIANOCHE

Teníamos como propuesta "Cualquier noche puede salir el sol" (Ay, ese Sisa!!)
Aquí os dejo este pequeño homenaje a "Doctor en Alaska":

Sucede una vez al año, coincidiendo con el solsticio de verano. No se trata de que cualquier noche, de repente, pueda salir el sol. En nuestro caso el sol, simplemente, se niega a acostarse. En otras latitudes lo llaman la Luz del Norte; nosotros, con el lenguaje poético que heredamos de los yupik para dirigirnos con reverencia a la Naturaleza, lo conocemos como el Sol de Medianoche.

A veces llegan hasta nosotros viajeros del Sur, atraídos por un fenómeno que han visto en películas o en reportajes. Me gustaría creer que quizá alguno cayó fascinado al leer la descripción minuciosa que aparece en las novelas de London, ojalá fuera cierto; en cualquier caso todos desean ser testigos de algo insólito, casi inverosímil : noche y día fundidos; sol y luna en extraña comunión. Muchos de ellos vivirán la noche del solsticio con la misma energía y entusiasmo con la que saltarían la hoguera de San Juan, y engañados por la luz, jugarán al béisbol sin necesidad de focos contra los visitantes de Anchorage, o bailarán valses vieneses en el Festival, o participarán en el concurso anual de Piernas Peludas, o harán el amor con cualquier ser humano desconocido entre la maleza que rodea el lago Kirnuk. Después volverán a sus tierras cálidas, enseñarán las fotos a sus familias y amigos y les contarán lo difícil que es conciliar el sueño cuando siempre hay un rayo de sol importunándote en los párpados.

Pero si has nacido en esta tierra, o quizá, si esta tierra decidió adoptarte, o si, como es mi caso, te mueves a capricho entre varios mundos, sólo entonces, conoces la auténtica naturaleza del Sol de Medianoche y ni te asombras ni te asustas por ello. Porque esa luz que electriza a los turistas y les impide dormir no es la belicosa y radiante de un día de verano. Es la sutil y delicada que tiñe de azafrán el horizonte en cada crepúsculo. Es la seda malva que cubre los confines en cada nueva aurora. Es la de la hora en la que a veces te despiertas asomado al abismo. Cuando te asalta la certeza de que el tiempo se va consumiendo. Cuando ya sabes que vas a morir.

Los yupik son un pueblo sabio, por eso, cada solsticio de verano, cuando la Luz del Norte se adueña de cada instante del día, realizan arcanos rituales para ayudar a los espíritus de los muertos recientes en su largo y tortuoso camino. Bajo los totems de sus antepasados aprovechan la luminiscencia del sol de medianoche y nos convocan a nosotras, las hadas, para que les acompañemos durante un buen trecho, hasta que por fin pierden el miedo.

Este año he tenido suerte porque me ha correspondido en el sorteo acompañar a un chico bien guapo, lo cual siempre se agradece. Se trata del último novio de Maggie O´Connell, el que murió aplastado por un meteorito enano. Cuando he terminado la misión y nos hemos despedido, he vuelto a las orillas del lago Kirnuk, a incordiar en los párpados de los turistas que se quedan dormidos después de hacer el amor. Sé que no es propio del charme de un hada, pero...no puedo evitarlo.

Aquí Thinkerbell en la mañana, en la RK-Oso desde Cicely, Alaska.

3 comments:

Isabel said...

Doctor en alaska...
madre mía que mono de ver cada uno de los episodios!!!
Me los he bajado todos, todos.
Me encanta ese Cicely lleno de personajes maravillosos.

averia said...

Isabel, te dejo el enlace del "tintero" para que pueds leer los relatos de los demás foreros:
http://comunidad.terra.es/forums/thread/7169496.aspx

Por cierto: Thinkerbell ganó esta semana con este pequeño pero sentido homenaje a Doctor en Alaska.
Yo también los echo de menos...

Loiayirga said...

Avería, si te animas puedes hacer el meme que te he pasado en mi blog.

"Seis cosas sin importancia que te hagan feliz".