Wednesday, June 25, 2008

GHOST


Maldoror ha puesto de tema "El botijo". Se han presentado 20 relatos...eso para que se quejen.
Yo sí me quejo: no me decís nada, malas pensonas...
Ahí os va:
GHOST

Mariana Pindado Ledesma, de “Cerámicas Pindado”, tecleó el número secreto que activaba la alarma y subió la escalera que comunicaba su vivienda con el alfar.
Otro día que acababa. Una ducha rápida, una cena fría, la serie de televisión del martes, algo de lectura y por fin el sueño. Eso era todo.
Mariana se miró en el espejo. El vaho que lo empañaba se iba desvaneciendo dejando que su rostro emergiera desde apenas un aura a un contorno de rasgos difuminados que se iban perfilando, ganando viveza, desvelándose. Mariana disfrutaba especialmente de aquel momento del día, en el que jugaba consigo y con el espejo, a aparecerse, como un fantasma. A Mariana le gustaba su cara, pequeña, de perfecto óvalo y el color de miel de sus ojos miopes. Sin embargo odiaba con todas sus fuerzas el resto de su cuerpo, un pegote esférico adherido a su esbelto cuello por cualquier dios borracho con ganas de choteo. Porque, efectivamente, la figura de Mariana Pindado Ledesma, de “Cerámicas Pindado”, era motivo de burla en aquella pequeña ciudad. No era para menos que la dueña de una empresa dedicada a la fabricación de botijos desde que el mundo era mundo, pareciera la encarnación andante de su producto señero. Por eso no tenía en casa espejos de cuerpo entero.

Mariana introdujo con cuidado el dvd para ver, por enésima vez, su escena favorita: Demi Moore y Patrick Swayze, en Ghost, fundiéndose entre ellos y con la arcilla mientras Unchained Melody les envuelve en un in crescendo apasionado. Mariana, que cada mañana, de ocho a dos, modelaba botijos en un torno, nunca sentía correr su sangre como cuando veía esa secuencia que conocía de memoria, en cada uno de sus más mínimos detalles. Por eso, aquella noche, insomne de soledad, marcó el número de teléfono de los anuncios sin palabras del periódico provincial y dejó el siguiente mensaje:
“Señorita discreta busca caballero dispuesto a hacer realidad fantasía cinematográfica. Si deseas hacer realidad la escena de la arcilla de Ghost llama al número xxxxxxxxx”.

Dos días más tarde recibió la ansiada respuesta. Mariana se aseguró de que su partenaire no era vecino de aquella ciudad antes de aceptar la cita y, para mayor verosimilitud, pidió en la peluquería un bob, el corte de pelo que Demi Moore luce en la película y que consiguió marcar tendencia en su día para mayor gloria del gremio de peluqueros. Cuando el juego del espejo le devolvió su rostro aquella noche sintió que el agujero negro que la ansiedad había cavado en la boca de su estómago se hacía más profundo; lo había conseguido: era clavadita a la Molly del film. No había más que disfrazar su desnudo cuerpo de botijo con la camisa blanca de seda de su padre muerto, quitarse las lentillas y dejarse llevar...Sus piernas regordetas apenas conseguían sostenerla en pie.

La puerta del alfar estaba entreabierta. Ricardo Lozano Paredes, encargado de mantenimiento de Hoteles Bahía S.L, se asomó tímidamente y contempló, atónito, un taller de alfarería iluminado por cientos de velas.
En el centro de la estancia, Demi Moore, sentada frente al torno, moldeaba una vasija. Sonaba “Unchained Melody” y él no supo si, de nuevo, estaba soñando despierto. Sin poder desviar su mirada de aquel fascinante encantamiento, se dirigió a la esquina más remota y se desnudó, dejando con cuidado sobre una butaca el pantalón y la camisa que su madre había planchado con primor aquella misma tarde. También depositó sus gafas de culo de vaso. Quería volver a ver la misma película pero con otros ojos.
Ricardo acercó su taburete a la espalda de Demi Moore, se sentó y la envolvió en un leve abrazo en el que sus manos buscaban las de ella entre la arcilla cálida y sus labios el pico del nacimiento del pelo en aquella nuca eterna tantas veces deseada.
Dos horas más tarde, los Righteous Broothers seguían repitiendo para ellos que el tiempo pasa tan despacio ( and time goes by so slowly), cuando Ricardo, tímidamente, preguntó a Mariana si había visto “Nueve semanas y media”.
Y ella, con sonrisa picarona, le contestó que sí.








1 comment:

Anonymous said...

Leshe, no salió mi comentario al anterior post. Ya no me acuerdo de lo que puse. Nos descubrieron, por fin nos descubrieron... o asín.

Muy bonito el de hoy. Qué bueno es quitarse las lentillas y dejarse ir.