Wednesday, October 31, 2007

RETOS

Me van a perdonar (o no) el abandono absoluto en el que he sumido a este triste blog.
La vuelta al cole. Mucho aborígen personal y profesional. La vagancia...

Hasta el pasado fin de semana, en el que se me han planteado dos retos que quizá me saquen de la cueva.

Uno es participar en la coral de mi pueblo. Igual es para que les lleve las botellitas de agua, pero me han hecho una propuesta en firme que quizá acepte. La coral de mi pueblo es increíblemente buena (pa ser de pueblo y porque ellos lo valen).
Me lo estoy pensando, ya os contaré. Mientras tanto podéis ir echando un vistazo a su web:http://www.camerata.laadrada.net/
La segunda la he aceptado, aunque con ciertas reservas. Se trata de escribir un relato semanal en un foro de personas aficionadas a la literatura como pasión más que como oficio, aunque al parecer cuentan con alguna firma de prestigio escondida tras el economato. Llevan 6 años y, francamente, se leen narraciones muy buenas. Entre ellos votan el mejor, aunque, desde mi punto de vista, lo más importante son los comentarios, críticas y sugerencias.
Me he apuntado por eso. Y también porque, desde que me bajé de la columna me cuesta demasiado escribir. Y porque soy una vaga.
Si, por una vez, consigo mantenerme (sin que me echen), prometo ir subiendo los cuentecillos al blog. Y de paso, relleno.
El tema de esta semana era "un periódico abandonado en el banco"...o algo así.
Y esto lo que he perpetrado:

No terminaba de verlo claro.
Aún se sentía sorprendida por la rapidez y facilidad con la que todo había transcurrido. Se lo habían advertido, pero siempre creyó que las palabras de ánimo, el relato pormenorizado de experiencias similares y los amables consejos sólo eran caridad de las personas de buena voluntad que la apreciaban o incluso amaban de verdad. Pocas, pero leales.
Sin embargo, ahora, no terminaba de verlo claro.
Porque, contra todo pronóstico, resultó cierto: incruento, indoloro, sencillo y, por encima de todo, breve.
Lo realmente difícil fue tomar la decisión: habían sido muchos años, la mayor parte de su vida, protegida tras esa pantalla que disimulaba su vulnerabilidad y conseguía revestirla con cierto manto de decencia socialmente imprescindible.
Tomar una decisión. Primero un leve ruido que va asomando en el lugar más recóndito de su mente. Un rumor que el miedo intenta acallar bajo una tonelada de excusas y que va creciendo hasta convertirse en la música de fondo de sus pensamientos. Después atreverse a mirarlo cara a cara. Hablar. Decirlo.
Muchos otros ya habían pasado por aquello. Como en otras circunstancias - un embarazo, una escayola- se sorprendió al comprobar que eran multitud los que, en un momento dado, habían aceptado el mismo reto al que ella temía enfrentarse. No encontró a nadie que manifestara arrepentimiento o pesar. Muy al contrario, tras un periodo de tránsito y adaptación al nuevo estado, coincidían en el enorme beneficio personal que les había deparado.
Así que, tras muchas horas de dudas, allí estaba ella. Recién operada de miopía. Sin gafas.
Mirándose al espejo por primera vez.
Y sin verlo claro.
Porque el rostro que le devolvía el espejo no era el suyo. Su cara parecía macilenta y apagada. Su mirada tan desvalida como un periódico abandonado en un banco cualquiera del parque. Y aquellos ojos de liebre escondida que le eran absolutamente ajenos.
Pero nada claro.
Buscó en el neceser y, con sumo cuidado, seleccionó la sombra, la máscara de pestañas y el eye liner. Se pintó los ojos. Minuciosamente. Con mimo. Retrocedió hasta la puerta del baño, comprobando con satisfacción cómo la nítida imagen del espejo intentaba parecerse a la mujer con la que alguna vez soñó en su ya lejana adolescencia, cuando la llamaban La Lupas. Y, que, dándose la vuelta, alcanzaba a ver perfectamente la hora del reloj de la mesilla.
Se le estaba haciendo tarde.
Fuera brillaba un sol brioso y chillón. Podía volver a esconderse tras unas gafas oscuras y, una vez más, salir a comerse el mundo.

4 comments:

averia said...

Jajajajajajaja...
Me parto: Ya ha habido una tia que pide que me descalifiquen por no atenerme ni a las normas ni al tema propuesto.
Pa habernos matao.
Deben tener unas luchas internas que tela...
En fin, menos mal que no escribo para que me quiera

Anonymous said...

Mucha envidia es lo que hay, prima. Menudas pedradas se deben dar entre ellos. A mí me ha gustado, que lo sepas!

averia said...

asias, mi prima. Voy a de seguir así que ya me seguirás leyendo

Anonymous said...

Desde antonces hasta aquí, no te ha ido mal, prenda de mis entretelas.

El Anónimo Admirador aka EAA.

Muacs.