Wednesday, July 09, 2008

EL MERECIDO DESCANSO

¡¡ ESTOY DE VACACIONES!! (bueno...casi, casi). No me lo puedo creer. No tengo planes ni ganas de hacerlos. Será porque aún pesa esa escayola del año pasado que me dejó con el billete de avión en la mano y el coche tirado en la gasolinera. En fin...
Os dejo este desquicie que me ha salido del teclado. El tema era "El Termómetro".


EL MERECIDO DESCANSO

- ¡Reverenda Madre, Reverenda Madre, que Don Ramoncito se ha vuelto a cargar el termómetro!

Viperia Koplowitz, Superiora de las Madres Apandadoras, eleva sus ojos al cielo, con resignación. A pesar de llevar casi dos horas frente a la pantalla del portátil, la continuas interrupciones le estaban dificultando enormemente el cierre de una muy suculenta operación de Bolsa. Su paciencia estaba a punto de evaporarse.

- Santa Madonna, Sor Mesalina. Le he dicho cientos de veces que sobrelleve la cruz como buenamente pueda, pero sin dar la sagrada brasa.¡ Y menos si ve la puerta del despacho cerrada, Copón!

La Madre Viperia acompaña a Sor Mesalina hacia el ala de residentes. Sigue oliendo a moho. A pesar de todo el capital invertido en rehabilitación y saneamiento del antiguo convento al que el instinto para los negocios de Viperia Koplowitz convirtió en “El Merecido Descanso”, un asilo para ancianos adinerados y sin familia. Un buen negocio.

Don Ramoncito, en su pelea con Sor Mesalina, ha derribado todos los muebles de la habitación. También el vaso que contiene su dentadura postiza. Está tirado en el suelo, cuan largo es, con la carcasa vacía de un bolígrafo bic cristal en una fosa de sus dos fosas nasales, intentando esnifar las bolitas de mercurio que el termómetro roto ha desparramado por el suelo.
En el rincón más alejado de él se refugia su compañero de habitación, don Iván, travestido de nuevo en la Audrey Hepburn de “Desayuno con Diamantes”.

La Madre Viperia alza del suelo a Don Ramoncito, suave pero firmemente, con esa perfecta mezcla de dulzura y autoridad a la que resulta imposible resistirse.

-Vamos, vamos, Don Ramoncito, no me sea cabezota, que las bolitas por vía nasal perjudican gravemente la salud, y usted no está para muchos vicios.

-¡Unaf solaf nadaf másg, Badre! ¡Déjemef unaf solaf!

Luego vuelve los ojos hacia el rincón. A Don Iván se le ha caído la diadema del susto:

- Venga, Don Iván, tómese las magdalenas que aquí no ha pasado nada. Y no me llore, hombre, que se le va a correr el rimel ...

- Estoy de don Ramoncito y sus bolas de mercurio hasta más allá de los Oremus, Madre- confiesa Sor Mesalina a la Madre, una vez resuelto el conflicto.

- Tenga paciencia y ofrezca su sufrimiento a Santa Paris, que pasó lo suyo en vida. Además, si a Don Ramoncito le queda media novena, hermana...
- ¿Y está usted segura de que el mercurio ingerido es más rápido que esnifado?
- No sólo eso, es que apenas deja huellas. Por eso nuestros “Suspiros de Monja” se venden tan bien en los Congresos políticos.
- La paciencia es la madre de la Ciencia, Madre.
- Es importante no perder nada del mercurio que se caiga de los termómetros rotos, hermana. Que ha subido el Euríbor y cuestan un pastón. No se le olvide, que los “Suspiros” gustan más cuanto más relleno tengan...

El teléfono móvil de Viperia suena insistente:
“¡Llena de gracia! ¡Llena de gracia!”
- Me encanta ese politono, Madre, a ver si me lo pasa por el bluetooth
- ¡Shh! Es la sobrina de don Ramoncito- dice la Madre, tapando el auricular- Querrá saber cuánto le queda a su tío en este Valle de Lágrimas

Y entra en el despacho, cerrando la puerta tras de sí.

La jornada continúa sin apenas sobresaltos. Tras una frugal colación, los huéspedes de “El Merecido Descanso” duermen la siesta y las amables monjitas que les atienden hacen lo propio o se bajan del youtube vídeos de la Escolanía de Voces Blancas del Valle de los Caídos.

De repente, un alarido sobrecogedor rompe la calma. Sor Cruella, con el rostro demudado, abre de golpe la puerta del despacho:

-¡Madre Viperia, Madre Viperia!, ¡que don Ramoncito le ha clavado el termómetro a Sor Mesalina en lo que viene siendo la carótida!-
- ¡Por el amor de Dior! Luego se extrañan de que nos quedemos sin vocaciones...
- ¿Y qué vamos a hacer, Reverenda Madre?
- Pues lo de siempre: que parezca un accidente.
-¿Y con Sor Mesalina?
- Le pondremos una bonita esquela en el ABC. Por cierto ¿a que se dedicaba la fallecida antes de tomar los hábitos?
- Era Maestra Nacional
- Entonces que su esquela diga: “Acógela en tu seno, Señor, que llega muy cansadita”.

Y ambas musitan quedo, en loor de la difunta “Like a Virgin”, de Madonna.






5 comments:

Hastaquemecomprenlosdelgoogle said...

A ver si estas vacances son más mejores que las pasadas, para ambos dos.

averia said...

Richal, gonito, qué alegría me das cada vez que te asomas...
¡como fue el verano pasado! pa habernos matao, verdad?. Pero aquí estamos, incombustibles al desaliento.
Pásalo bien, un besote

Pelayo González said...

¿Madalenas de mercurio? Mmmm, tomo nota pal blog.

Hala, pa que no digas que no escribo nada.

Besos

Er Cozi

averia said...

Cozi, gonito
Ponme el nombre del blog de cocina, anda.
¿Ves lo poco que cuesta hacerme de felí?

Pelayo González said...

condosfogones.blogspot.com, aunque con tol jaleo de la boa lo tengo medio abandonao

Besos
Yo