Thursday, May 22, 2008

PARLA´S BLUES



El tema del Tintero de esta semana era "El blues".

Esta historia está perpetrada en cinco minutos, los que faltaban para cerrar la edición, así que no esperéis mucho.


PARLA´S BLUES
Charlie acarició la guitarra antes de guardarla con mimo en su funda.
Aquella noche la guitarra se le había entregado como jamás lo habría hecho una mujer que le amase. Había conseguido arrancar de ella lamentos y quejidos, desde lo más hondo de sus entrañas, le había suplicado, había reído con la alegría de cien cascabeles, había llorado hasta la extenuación. Su guitarra. El único ser que jamás le había decepcionado.
El local, poco a poco, se había quedado vacío. La pareja había sido la última en salir; antes de ellos el borracho más borracho, aquel que siempre aplaudía.
Se despidió del barman con un leve toque en su sombrero y se colocó su sempiterna gabardina negra. Gabardina, sombrero y guitarra. Y la soledad.
Charlie cerró la puerta del club tras él. Fuera, la pareja intercambiaba confidencias, evitando el adiós. Sintió su mirada curiosa sobre la espalda mientras la luz de la farola teñía de luz amarilla una madrugada que lloraba suavemente sobre sus pasos.

- -¡Pero...¿qué hace ese capullo en medio de los aspersores?-
- -Pues el memo, como siempre. ¿No ves que es el Juancar, el de la droguería?
- - Anda que si su pobre padre levantara la cabeza y le viera con esa gabardina y ese gorro en pleno mes de julio...
- -Ya te digo, que me recuerda entero al cura del exorcista, pero con guitarra.
- ¿Y desde cuando le ha dado al tío por tocar la guitarra?
- Pues desde que se ha cansado de ir de poeta maldito, que acuérdate de cómo nos ponía el barrio, perdidito de sonetos.
- Calla, por Dios, no me lo recuerdes. ¿Y cuándo le dio por ser artista conceptual y hacer aquellas cosas de hierro?
- Por lo menos ahora ha insonorizado la droguería y ya ves, para echarnos un café y un cigarro por la noche a nosotros nos viene genial.
- ¿Pero este tío sabe tocar la guitarra?
- ¡Qué va a saber! Dice su pobre madre que como lo que hace es improvisar, pues que ni falta que le hace.
- Qué va a decir la mujer
- Lo de ser hijo único es lo que tiene.
- ¿Y dices que se hace llamar Charlie?
- Sí.
- Madre mía, cómo se le ha ido la pinza al colega.
- A ver cuánto le dura la aventura del blues.
- Pues nada, porque además, en Parla somos más de tecnorumba.
- Ala, Mari, vamos al tajo, a ver si nos limpiamos la plaza antes de que abran el cercanías.

Los chalecos de los barrenderos reflejaron la luz de las farolas de la Plaza de la Constitución. Bajo una de ellas, Charlie, su soledad, su sombrero, su gabardina negra y su guitarra, empapados por los aspersores, componían una estampa delirantemente grotesca, entre el absurdo y el catarro.




1 comment:

Anonymous said...

Así suele ser la vida del artista: incomprendida, entre el absurdo y el catarro.

Para ser una improvisación, te ha salido de coña, prima.