Friday, November 21, 2008

DOGMA DE FE (GAVILÁN O PALOMA)

Me ha quedado talmente vidadebriánico...

El tema del Tintero era "Esto no es lo que parece" y es que a mi la historia del carpintero, su mujer y la paloma...como que no

Allá va:

DOGMA DE FE (GAVILÁN O PALOMA)

La mujer, azorada, bajó la vista y buscó apoyo en el brocal del pozo cuando los ojos de fuego del Visitante se posaron sobre ella. Sus mejillas se colorearon con el mismo rubor con el que la aurora había pintado el firmamento. Temblaba de turbación ante las palabras que habían fluido de la boca del hombre para cambiar su existencia.

-No temas- le había dicho- pues has hallado Gracia ante el Señor. El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra y en Ti hallará complacencia.
La mujer sintió el eco de esa Voz en sus entrañas, irresistible, hasta que rindió su oposición y contestó humildemente:
-Su esclava soy. Háganse en Mi sus deseos.

El gobernador regresó a Palacio abatido por una fuerte cefalea. Rechazó el vino tibio que le ofrecía Properio, su ayudante personal, pues solo ansiaba la penumbra fresca de su aposento y el alivio de una infusión de láudano. En el umbral de la alcoba su oído, aturdido por el dolor, alcanzó a escuchar un bisbiseo, una risilla ahogada, un jadeo apenas perceptible y, reconociendo de inmediato una situación tan repetida, abrió la puerta y dijo con todo el hartazgo acumulado durante los años de su matrimonio:
-¿Quo usque tandem abutere, Furora Uteria, patentia nostra?

- ¡Esto no es lo que parece!- exclamó ella mientras el hombre alto con el que había compartido lecho corría a esconderse tras los cortinajes, tapando como podía sus partes pudendas- Esposo mío: he sido bendecida entre todas las mujeres por la gracia del Altísimo, y ante él he sacrificado mi virtud buscando, sólo, una mejoría de las tensas relaciones judeo-romanas. Y además es dogma de fe, así que no te me pongas digno, que no te pega nada.

-Pero Uteria, hija mia, qué altísimo ni qué puer mortuus. Este tipo es Neftalí, hijo de Arathorn, heredero de Isildur, también llamado el Amanita, de los Macabeos de toda la vida. Y a ti lo que te pasa es que has escuchado el chiste de José el carpintero, su mujer y la paloma y te ha dado por ahí. Que ya nos conocemos, esposa, que son muchos años...

-Pues bien que le vino al carpintero, que por lo menos aprovechó la coyuntura para fundar el “Club de Tiro al Pichón con Honda” y ya lo ves, se ha forrado. No como tú. Te lo tengo dicho: hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo, porque careces de fantasía y has traído el tedio y la rutina a nuestro tálamo, pedazo muermus

El Gobernador se mesó los cabellos, agotado y dolorido, y pasó un lienzo al judío para que se cubriera, invitándole, con un leve gesto a salir de su escondrijo. No dejaba de ser ridículo, con su edad y condición, ese inoportuno ataque de honorabilidad, y menos en mitad de tan tremenda jaqueca y con respecto a una esposa cuya fama había trascendido las fronteras del Imperio desde que se convirtió, en época de Claudio, en la asesora de imagen de Mesalina.

-Estoy cansado, Uteria. Lo único que siempre te he pedido es algo de discreción. El teatrito de la semana pasada, con aquello de Júpiter y la lluvia de oro, nos ha costado un pastón, y ni te cuento cuando montaste lo del rapto de Europa con ese señor de Iberia. Que ya está bien, querida, que vamos a tener que repartir números...

- Oiga, que yo ya había pedido la vez- interrumpió el Altísimo desde su estatura, bastante elevada para ser hebreo, que eran más bien de natural retaco¾ Mire usted, el LXI tenía, que uno será amanita, pero no abusón.

El gobernador le miró con hastío y llamó a su guardia personal para que detuvieran al amanita y a Properio para dictar orden inmediata de crucifixión contra el contrito amante. Después se lavó las manos.

- Ya ves lo que me obligas a hacer, esposa. El día que por tu culpa se nos revuelvan las doce tribus y nos manden a tomar por los Altos del Golam, te juro por la virginidad de Vesta que te mando lapidar por adúltera, aunque seas ciudadana romana y no quede fino. Que te pasas mucho, Uteria, que te pasas mucho...

Uteria salió de los aposentos reflexionando sobre lo injusto de lo designios de Fortuna. Nadie había dudado un ápice de la virtud de la mujer del carpintero. Sin embargo ella... Y es que hay veces que no se sabe si es mejor tener en casa gavilán o paloma.


Monday, November 17, 2008

ATLAS DE LOS LUGARES QUE NUNCA EXISTIERON

Vale, Vale...


El comienzo de curso ha sido tremendo, criaturas.


Tensiones, disgustos...mal rollo.


He estado perjudicada. Las jaquecas, cefaleas y neuralgias del trigémino producidas por el estrés casi acaban conmigo.


Pero no. Aquí estamos, incorruptibles ante el desaliento.


Y ya que mi plimo y mi Richal me animan...subo relatos. Tengo muchos, pero mejor iré poquito a poco, no sea que os atragantéis.


Sólo me queda algo por decir: ¡Ánimo, Falete!


Bien, allá va el primero:



ATLAS DE LOS LUGARES QUE NUNCA EXISTIERON

Por aquí se va a Babia, ¿lo ves? Más al Norte, entre estas manchas de color marrón oscuro. Significa que Babia está entre altas montañas. Ya sabes: marrón oscuro, altura en el relieve del terreno. Tenlo en cuenta cuando vuelvas a consultar el atlas, si de nuevo te vuelves a perder. ¿Te acuerdas de aquella pareja que nos dijo que tenía una casa en Babia? ¡Qué gracia te hizo! Ella no necesita casa, les dijiste, suele estar en Babia tres o cuatro veces al día. Quedaste como lo que eres, un patán; quedas como un patán cada vez que intentas humillarme en público, solo que tú eres incapaz de darte cuenta.
Sin embargo es cierto: poseo facilidad para el ensueño, mi mente vuela, me despisto. Puedo perfectamente remover la salsa de tomate mientras me voy imaginando, quizá, cómo lograr un nuevo color azul para mares y cielos. A ese estado, en el que sólo un leve hilo me sujeta a la realidad, tú le llamas “estar en Babia”. Bien, ahora sabes dónde encontrar Babia, tú que nunca has estado allí.
Jamás debí enamorarme de un tío que nunca ha estado en Babia.

Conseguí el azul que buscaba. Con él he pintado los mares de este atlas que te entrego. A pinceladas mínimas cada ola, cada marea. Fíjate bien, es un trabajo fino, merece la pena. Y mira estos atolones diminutos, en el punto más alejado del mapa central: Es el Archipiélago de Las Lejanas: Casadios, El Quinto Pino...Ahora que las miro, creo que tenías tu parte de razón: mi madre vive en Casadios; mi amiga en El Quinto Pino. Sí. No merecía la pena ir a visitarlas, tan lejos...perderíamos un tiempo precioso; sobre todo tú.
El azul de los océanos en los mapas...Me quedé prendida de esa imagen cuando me la enviaste, en aquellos tiempos en los que me necesitabas para respirar. Claro que, exactamente me escribiste “L azul d ls ocanos n ls mapas”
Nunca debí enamorarme de un tío que manda a Salinas por sms.
Observa ahora, atentamente, las dos islas mayores; ahí, en el centro del mundo que he dibujado para ti: la más grande es fácilmente reconocible. Si te ayudas de una lupa incluso verás al Jolly Roger atracado en la Bahía de las Sirenas. Tener un buen velero a mano, y más si es pirata, siempre viene bien por si hay que salir huyendo, o simplemente, de viaje. De todas formas, como me mareo hasta en las barcas de El Retiro, he colocado frente a Nunca Jamás la isla de Ninguna Parte. Ya ves lo práctica que me he vuelto a tu lado. Verás cómo así, viento en popa a toda vela y del brazo de hierro de James Hook, sí voy a Ninguna Parte.
James Hook es un tipo con clase, ya lo creo. Capitaneará su bajel entre las Sirenas haciendo oídos sordos a sus cantos. No como tú, insensato, que incluso creíste que ibas a salir indemne de entre sus brazos.
Nunca, jamás, volveré a enamorarme de un tío que no sabe resistirse a los cantos de sirenas.
No he podido terminar el atlas a tiempo; no sabes cómo lo lamento. Falta lo más importante, el motivo por el que me he encerrado a trabajar durante estos días y estas noches. Cuando me dijiste que, después de todo, sin mi te hallabas perdido, quise, de alguna forma, recompensarte por el esfuerzo que habías hecho al recordar, tan a tiempo, tan al hilo, una de las frases más importantes de la semiótica del culebrón televisivo. “Sin ti me hallo perdido”, ¡ese verbo hallar se merecía algo realmente único! Y entonces se me ocurrió. Adoro la cartografía, ya lo sabes. Para mi pocas cosas son tan excitantes como viajar por un mapa, mejor cuanto más antiguo, y, por ejemplo, puedo volver a ver el reino de Siam, escrito con letra inglesa, a pluma y tinta de color.
Tú te hallabas perdido y yo tenía la clave. Fabricaría un atlas para ti. porque lo mereces más que nadie, porque no quiero que te queden dudas. Para que sepas llegar a tu destino, a tu lugar en el mundo, a donde yo te envio de una vez por todas.
Sólo que me quedé sin pergamino ¡Y mira que prescindí de Avalón y sus brumas! El sitio donde vas queda tan, tan lejos, que se sale de este atlas.
Vete a Tomarporculo.
Y toma esta brújula por si te pierdes. No vuelvas a decirme que así no voy a ninguna parte. Las chicas, buenas y malas, vamos donde queremos, imbécil.